martes, 1 de enero de 2008

Coloquio Bajo la Palma

Este poema lo declamé en septiembre de 1999, ante el jurado y el público que presenciaban mi defensa de Tesis para obtener el título de magister en gestión urbana de la Universidad de Los Andes. Lo dedique a mi padre, ya fallecido para la fecha. Vestía de Liquiliqui color crema, estaba muy emocionada, me sentía con mucha fortaleza aun con lagrimas, fue un momento sencillamente inolvidable. Ya después, no cultive este don especial y más nunca he declamado, tal vez y me ánime nuevamente a retomarlo.

Coloquio bajo la Palma de Andrés ELoy Blanco
Lo que hay que ser es mejor y no decir que se es bueno ni que se es malo, lo que hay que hacer es amar lo libre en el ser humano, lo que hay que hacer es saber, alumbrarse ojos y manos y corazón y cabeza y después, ir alumbrando.
Lo que hay que hacer es dar más sin decir lo que se ha dado, lo que hay que dar es un modo de no tener demasiado y un modo de que otros tengan su modo de tener algo, trabajo es lo que hay que dar y su valor al trabajo y al que trabaja en la fábrica y al que trabaja en el campo, y al que trabaja en la mina y al que trabaja en el barco,
lo que hay que dar es todo, luz y sangre, voz y manos, y la paz y la alegría que han de tener aquí abajo, que para las de allá arriba, no hay que apurarse tanto, si ha de ser disposición de Dios para el hombre honrado darle tierra al darlo a luz, darle luz al enterrarlo.
Por eso quiero, hijo mío, que te des a tus hermanos, que para su bien pelees y nunca te estés aislado; bruto y amado del mundo te prefiero a solo y sabio.
A Dios, que me dé tormentos, a Dios que me dé quebrantos, pero que no me dé un hijo de corazón solitario.

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