domingo, 2 de marzo de 2008

La lección del amor y la libertad

"Cuando el ser humano mira hacia adelante, al futuro,
considerando sus diversas posibilidades y planeando su elección,
cree en la libertad;
pero cuando mira hacia atrás y contempla su vida
ya no como una tarea si no como un resultado,
entonces le parece que todo ha ocurrido de una manera fatal,
cumpliendo un diseño preconcebido y necesario.
Tal es el destino, lo no elegido que elige por nosotros... a través
mismo de nuestras propias elecciones."
F. Sabater

He tomado prestado extractos del documento "La Vida es una Antorcha Espléndida", del Canciller colombiano Fernando Araujo, para dejar una reflexión para nuestras vidas. Necesario, honesto y ético es comprender que nuestras elecciones no solo afectan nuestro futuro si no también el de aquellos que interactúan con nosotros. A menos que, no viviéramos en sociedad, y estubiéramos aislados en una montaña. Un símil es cuando se desencadena un terremoto en una ciudad, éste sin duda afectará a la infraestrutura de ciudad y a quienes allí habitan. Pero si el movimiento sísmico (amenaza) ocurre en una zona despoblada, no hay vulnerabilidad (solo del ecosistema natural, pero no humano) por tanto no existe riesgo de alterar la vida de personas.

Estas son a mi juicio las principales ideas del escrito:
"... Creemos que ser libres es no tener ataduras, es no estar sometidos a ninguna autoridad, cuando la verdadera libertad requiere de principios, requiere orden, requiere de respeto... Tenemos la impresión normalmente de que lo que limita nuestra libertad son las circunstancias que nos rodean, las normas y obligaciones que nos impone la sociedad... Muchas veces nos sentimos agobiados realmente por nuestras responsabilidades familiares...

¡si nuestro corazón es egoísta y queremos todo para nosotros, en lugar de ser libres, lo que hacemos es construir ataduras! ¡La verdadera libertad consiste en nuestra posibilidad de crecer, de esperar, de amar en cualquier circunstancia!. Esas circunstancias, inclusive, significan en muchos casos, aceptar lo que nosotros no hemos elegido, es decir, hay circunstancias que la vida nos impone y que sólo cuando las aceptamos somos libres.

... Quien desea acceder a una verdadera libertad interior, debe entrenarse en la serena y gustosa aceptación de multitud de cosas que parecen ir en contra de nuestra libertad, aceptar nuestras limitaciones personales, nuestra fragilidad y nuestra impotencia en las situaciones que la vida nos impone. La verdad es esta, las situaciones que nos hacen crecer de verdad, son precisamente aquellas que no dominamos. No seremos capaces de transformar eficazmente nuestras vidas si no comenzamos por acoger la vida en su integridad y en consecuencia, por aceptar cualquier acontecimiento exterior al que nos enfrentemos.

...Si hacemos una planificación adecuada podemos superar las dificultades, pero creo, que lo más importante es aceptar la realidad que estamos viviendo plenamente.

...La naturaleza se halla en total equilibrio, existe la ley de la causa y el efecto. Lo que se siembra se cosecha. Los problemas de la vida surgen cuando sembramos una cosa y esperamos cosechar otra totalmente diferente...

... Tenemos la tendencia natural de responsabilizar a las demás personas de las cosas que nos suceden. Cuando hacemos eso somos reactivos y pensamos que nuestra infelicidad es producto del ambiente o de los demás y por ese camino, pensamos que el mundo tiene que cambiar para que nosotros podamos ser felices, pero realmente la situación es la contraria, ser proactivo significa yo soy responsable de lo que me pasa...

...El mejor modo de lograr calidad de vida es escuchar a nuestra conciencia y seguir sus dictados sin permitir que ninguna voz suene más fuerte en nuestros oídos que la voz propia de la conciencia. Sean cuales sean las circunstancias de la vida, guiarnos por ellas. Cada uno de nosotros, de una u otra manera enfrenta retos, unos más definitivos, unos más duros, por eso los invito a desarrollar una actitud personal proactiva, constructiva, optimista y responsable para poder superar las dificultades. Estoy convencido de que la espiritualidad y los valores le dan sentido a nuestras vidas.

La observación de nuestras actitudes e intereses y el reconocimiento de nuestros gustos y pasiones nos ayudan a encontrar la paz y el sosiego que tanto buscamos, y por supuesto la felicidad que anhelamos...

... Insisto, no somos el producto de nuestro pasado, sino de nuestras elecciones. Nuestra condición humana nos permite vivir conforme a nuestra imaginación y no a nuestra memoria..." (resaltados míos)

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