Así como la evolución histórica de los diferentes modos y redes de transporte, los avances en suministro de los servicios de infraestructura, abastecimiento de agua, gas y energía eléctrica, en fin el desarrollo tecnológico ha modelado y reformulado los patrones urbanos, la nueva infraestructura de telecomunicaciones digitales irá modificando los modelos de desarrollo urbano. De esto no cabe duda. Una representación alegórica de ello lo expresa Willian Mitchell (2001: 21) cuando se refiere a que la revolución digital no creará íntegramente nuevos modelos urbanos, pero si transformará los ya existentes, dice “Se trata de un viejo guión representado por nuevos actores. El silicio representa el acero moderno e Internet es el nuevo ferrocarril”
Yo no tengo la menor duda que el futuro del desarrollo urbano en las ciudades dependerá en gran medida de las nuevas tecnologías de información. Al mismo tiempo, siento temores y pienso en los efectos perversos de los avances de estas tecnologías y sus implicaciones no sólo en la estructura, morfología y dinámica urbana sino en los aspectos psico-sociales-antropológicos de la población.
Se dice, no manejo datos estadísticos, que ha aumentado la violencia y el acercamiento a experiencias insanas como la pornografía, porque se han cambiado los patrones de entretenimiento en niños y jóvenes. Esto porque hemos cambiado los juegos con tierra, al aire libre, jugar al escondite, lanzar trompo o metras, etc., por los videos juegos. La juventud dedica horas y horas a navegar en internet dejando a un lado los encuentros con sus pares en las esquinas, la composición de canciones de amor, la echadera de chistes, las excursiones.
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