lunes, 26 de mayo de 2008

Hogares, instituciones, urbanizaciones interconectadas: el boom del teletrabajo


Mitchell, Willian (2001) afirma que en donde las normativas urbanas los permitan existirán “comunidades activas las veinticuatro horas del día que combinen con eficacia el atractivo local con la conexión global. Estas residencias electrónicas independientes, pero no asiladas, serán las unidades verdaderamente interesantes del tejido urbano el siglo XXI” Con esta afirmación, alega que las ciudades dormitorios, en nuestro caso, como Guarenas, Guatire, Charallave, etc “ no van a estar medio vacías en las horas entre la ida y la vuelta del trabajo y podrán reestructurarse alrededor de servicios locales nuevamente viales, como colegios de barrio, centros de día para niños y ancianos, centros de negocios, tintorerías, instalaciones deportivas y gimnasios, cafeterías, restaurantes”

Un ejemplo cercano: será que frente al tráfico asfixiante de la ciudad (me refiero a la city, a la metrópoli, a Caracas), la pérdida de horas que ello significa, el estrés que produce, no llegaremos a reducir las salidas a la calle para ejecutar tareas que podamos solucionar a través de la red digital desde nuestros hogares. Una afirmación como está, implica un cambio en la dinámica de la ciudad, ¿y por qué no? En la estructura y morfología de la misma.

Evidentemente esto ya sucede, pero no a los niveles que podamos afirmar que ya ha incidido en la forma y funcionalidad de nuestras ciudades. Pero no estamos tan lejos que comience a presentarse los cambios, a lo mejor por sectores de la ciudad, tal vez sólo en una que otra ciudad, pero llegará. No será un anacronismo, poder almorzar un día entre semana en casa, el tener un poco más de tiempo para compartir. Lógicamente, tendrán que conjugarse una serie de factores para que ello sea así.

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